jueves, 12 de abril de 2012

PRESENCIA DEL ESPIRITU SANTO

Presencia del Espíritu Santo

“Yo pediré al padre y os dará otro paráclito, para que este con vosotros para siempre, el espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero Vosotros le conoceréis, porque mora en vosotros y en vosotros esta” Juan 7:31.

“Aun no había espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado” Juan 7:31.
Estos dos textos de palabra son desconcertantes, por un lado parecería que no estaba el Espíritu Santo antes de la resurrección de Jesús, y por el otro Jesús promete dar el Espíritu Santo, `pero ya esta y mora en los discípulos.

El señor habla de un nuevo modo de presencia del Espíritu Santo; no solo como huésped, a quien se le conoce y mora ya en los que tienen fe en Jesús, sino como poder de Dios, para ser testigos. Ese nuevo modo de presencia Jesús lo describe como: Espíritu de Verdad: dando testimonio al creyente; llevando el conocimiento de Dios y a la verdad completa; iluminando, enseñando y conduciendo en la vida nueva.
Fuerza de lo alto: Para crecer en Jesús, hasta la total conversión e Èl para proclamar la buena nueva con unción, valentía y poder, manifestado en las señales que acompañan la palabra proclamada.

Jesús ya había enseñado a sus apóstoles y les había dado la misión de proclamar la Buena Nueva a toda creatura y hacer discípulos en todas las naciones; pero antes de salir a cumplirla, le ordena permanecer en la Ciudad hasta ser revestidos de Poder desde lo alto, recibirán el poder al venir sobre ellos el Espíritu Santo, serán bautizados en el Espíritu Santo en los pocos días.

La pasión de Jesús, su resurrección y su exaltación a la derecha del Padre, fueron la condición para que se derramara el Espíritu Santo, pues antes no había espíritu puesto que Jesús no había sido Glorificado.

martes, 3 de abril de 2012

LAVATORIO DE LOS PIES

Cuando el Evangelio de San Juan relata que Jesús decide lavarle los pies a sus discípulos, nos ofrece un testimonio de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos nosotros los fieles.
Antes de comenzar la Cena “sabiendo que el Padre le había entregado todo en sus manos y que había salido de Dios y a el Volvían Jesús se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y tomando una toalla se la ciño, echando agua en un lebrillo (Vasija de barro vidriado, de plata u otro metal y que sirve para lavar ropa, para baños de pies y otros usos). Y se puso a lavar los pies de los apóstoles y a secárselo con la toalla con que estaba ceñido (Jn 13:3-5).
Al igual que los apóstoles quedamos asombrados, como Cristo que tiene todo el poder y que es Dios, se pone al servicio del Hombre; un Dios que lava los pies a su criatura, quiere recordarnos que la grandes de todo cuanto existe no reside en el poder que se tenga y en el sojuzgar a otros, sino en la capacidad de darse, de servir a los demás, servir a Dios. Cristo se la había anunciado a sus discípulos “El que quieras ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos: El hijo del hombre no ha venido a ser servido si no a servir y a dar su vida como rescate por muchos” Marcos 10: 43-45.
El mundo actual nos lleva por otros senderos distinto a las enseñanzas del maestro que no se cansa de amar a su criatura a pesar de haberle dado la espalda; para los cristianos el lavatorio de los pies implica: Servicio, amor y humildad.
Para un cristiano, el lavatorio implica tres cosas principales: servicio, amor y humildad.
Hoy mas que nunca se hace necesario ser servidores de la palabra de Jesuscristo, puesto que estamos tambien en los ùltimos tiempos, Jesus nos llama a servir a las causas de su iglesia, amar y salvar al projimo del pecado por medio de su resurreciòn y humildes para construir la Paz necesaria en la sociedad.